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  • Writer's pictureAna Baneria

Primeros imprevistos: no siempre se puede dormir en el aeropuerto.

Updated: Jun 21, 2022

La aventura comienza el 9 de junio en el aeropuerto de Santiago de Compostela. Dos horas antes de hacer el check-in comienzo a buscar información sobre el aeropuerto de Ginebra, en el que me toca hacer una escala de más de 12 horas y donde pretendía pasar la noche, y me encuentro con que cierra a medianoche.




Como los precios de los hostales no bajan de los 60€, decido contactar con amigo/as por si conocen a alguien que me pueda hospedar y descargo la app de couchsurfing. Después de todo el esfuerzo de mis amigas no conseguimos nada, hasta que 15 minutos antes de embarcar recibo dos confirmaciones de couchsurfing. Comparando las recomendacios y valoraciones, decido quedarme en casa de Nicolás.


Llego a Ginebra a las 22:00, no eran horas ni estaba mentalizada, pero comienza la odisea: cambiar divisas, averiguar como funciona el transporte público, coger dos buses y un tranvía y finalmente llegar a casa de Nicolás pasadas las 23:30 quien me saluda desde la ventana muy alegre.


Cuando entro en su casa me recibe con alegría y enseguida comenzamos a charlar en la cocina acompañados de unas infusiones de frutos rojos y chocolate con sal. La conversación era tan buena que terminamos yendo a un bar underground donde seguimos hablando sobre derechos humanos, innovación social, la falsa sensación de seguridad , femenismo etc y es que Nicolás es activista y defensor de los derechos humanos a través de la International Association Geneva For Rights.


Al día siguiente me da tiempo a dar un paseo por Ginebra, me despido de Nicolás y voy directa al aeropuerto. Me resulta gracioso pensar en como los imprevistos o situaciones de incertidumbre pueden convertirse en una oportunidad para vivir momentos tan inesperados y fantásticos.











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