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  • Writer's pictureAna Baneria

Día 34: A Guarda - A Coruña (808,74 km/ 40,7 kg)

Updated: Jun 19, 2022

Durante estos días, he disfrutado de paisajes salvajes de ensueño, me he encontrado con senderistas que también recogían los residuos de los caminos y playas y he visitado a mi familia que estaba pasando unos días en el pueblo. Asimismo, como todas las semanas, estos días también tengo alguna anéctoda curiosa.


En primer lugar, me desperté una mañana soleada en la playa de Nemiña cuando me di cuenta que solo tenía un par de piezas de frutas para comer en todo el día, que era domingo y que hoy tocaba una de las etapas más duras del camino. Después de culpar a mi yo del pasado por no organizarse mejor, recojo la tienda y comienzo a caminar en busca de una panadería. Llegando a la aldea de Queiroso me encuentro con un vecino vigilando cómo pastan las vacas, quien amablemente me informa que la furgoneta de la panadera ya ha pasado, por lo que toca correr a una aldea aun más pequeña, Moreira, donde esta vez sí consigo llegar a tiempo.

Mientras estoy esperando mi turno, comienzo a charlar con un señor que ni más ni menos es de Polonia y que haciendo el Camino de Santiago se enamoró de este sitio y con sus más de 60 años se ha mudado a esta pequeña aldea. Me cuenta que a pesar de los pocos servicios de los que dispone el municipio y que si tiene algún problema de salud, el camino es casi inaccesible para la ambulancia, durante el Camino entendió que vivir feliz no siempre es lo mismo a vivir cómodo. Y con esta lección de vida, una barra de pan y un trozo de empanada seguí caminando reflexionando sobre esta coincidencia.


Como segunda anécdota, ya pasando Ponteceso y las preciosas dunas de Monte Blanco, llego a la playa de Valarés. Me dispongo a dormir una pequeña siesta en el pinar, cuando comienzo a observar a una niña de no más de 5 años jugando con las pulgas de la playa y recogiendo pequeños residuos del suelo mientras dice muy convencida a sus padres "la tierra espacial hay que limpiarla". En ese momento pensé que si todas las personas pensáramos y actuaramos como Naia, los 3km de entrada a Camariñas, el puerto de Santa Mariña, la playa da Ermida en Corme y un largo etc seguramente estarían limpios de residuos.


Finalmente, no puedo terminar este post sin hablaros del Camino de los Faros, una ruta espectacular de 200km que une Malpica con Finisterre por el borde del mar. Este camino fue diseñado por un grupo de amigos que no solo crearon 120km, de ruta si no que además la dieron a conocer documentándola en una maravillosa y completísima página web (http://www.caminodosfaros.com/) haciéndola accesible a todo el mundo. Todo esto a través de un proyecto colaborativo y siempre desde el máximo respeto al medioambiente y transparencia. Gracias al enorme trabajo y esfuerzo de la Asociación O Camiños dos Faros y todas las personas voluntarias, a Costa da Morte tiene en sus manos un recurso excepcional para desarrollar una economía sostenible y respetuosa con el entorno. No es mi basura, SÍ mi planeta 💚


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