Parar cuatro dÃas en A Coruña no fue la mejor idea, mi cuerpo y mente se acomodaran y volver a caminar con la mochila a la espalda, sumando una intensa lluvia, fue duro. Por suerte, en un camping cerca de Lorbé conocà a dos chicos brasileños que venÃan desde Oporto en bici, que me alegraron el dÃa con una buena conversación, una taza de té y un bocadillo de tortilla calentito.
Ya con más ánimos, los dÃas siguientes se hicieron más amenos. Descubrà pequeñas calas en Sada y dormà en Gandario donde tengo muy buenos recuerdos de mi época de campamentos. Además, como anécdota, mientras dormÃa en una playa en Pontedeume dos agentes de la Guardia Civil me despertaron a las 3:00 de la mañana para preguntarme si necesitaba algo y desearme buenas noches. Del susto no dormi el resto de la noche.
Por último, llegando a Ferrol mi amigo David me hizo una visita sorpresa y además de caminar y recoger residuos conmigo, me trajo unas galletas caseras deliciosas. Mientras caminábamos me estuvo contando el enorme patrimonial historico y paisajÃstico de Ferrol y como este contrasta con la situation decadente y de abandono de la zona.
Efectivamente cuando entramos en Ferrol, pude comprabar que es el núcleo urbano más descuidado por el que he pasado. Los caminos, cunetas, jardines, la propia rÃa están llenos de residuos de todo tipo y cuando baja la marea el olor es terrorÃfico.